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Capítulo 05 parte I.

Están a inicios de Diciembre y se nota, la primera nevada cayendo suave y casi delicada en la ciudad.

Jimin despierta un poco desorientado, con un haz de luz proyectado débilmente sobre sus ojos, su trasero con una dulce quemazón, y unas extremidades ajenas enredadas en las suyas. Al reconocer el aroma de la persona al lado suyo se relaja y suspira profundamente, los recuerdos de la noche anterior volviendo casi perezosamente a su cabeza.

Si, fue una noche estupenda, se felicita mentalmente. Repasando en silencio los rasgos del alfa con el que está compartiendo la cama, se da cuenta que no se había sentido tan relajado en bastante tiempo, lo que no sabe si debería hacerlo sentir un poco avergonzado o si dejarlo pasar. El pelinegro le hace sentir que puede quedarse dormido al lado suyo en el transporte público, que sabe que nada le pasará mientras esté a su lado y ok, eso ya es alocado, pero no por eso deja de ser verdad. Siente a su omega interior satisfecho y cariñoso hacia este alfa, cosa que tampoco le ha pasado con algún otra persona en tan poco tiempo.

Tratando de alejar las posibles interrogantes que esto presenta, trata de safarse lo más despacio posible del pulpo que tiene a su alrededor y levantarse para ir al baño, porque de verdad necesita ir, pero el pelinegro termina despertando de todas maneras, apretandolo más contra su cuerpo, envolviéndolo en este abrazo de oso que es reconfortante y tierno, pero del que necesita salir con urgencia.

—¿A dónde vas a esta hora, hmm? —le pregunta Jungkook con los ojos pegados por el sueño y la nariz enterrada nuevamente en su hombro, donde está su glandula de aroma.

—Al baño, es una urgencia —le dice tratando de pinchar sus brazos, sonrisa medio burlona en la cara.

—Oh, lo siento. Adelante. Si quieres bañarte también, no tengo problema.

—Estaba pensando que nos bañemos juntos, pero puedo hacerlo solo también —le dice moviendo sus cejas juguetonamente y moviendo sus hombros divertido.

—Dios, vas a ser mi muerte omega —le dice dramáticamente, aterrizando sobre su espalda, con los brazos abiertos en cruz.

Jimin aprovecha la ocasión, se agacha a dejarle un beso en la punta de la nariz y sale corriendo al baño. El alfa medio gruñe, levantándose perezosamente de la cama para seguir al omega al baño. Terminaron haciéndolo en la ducha, con Jimin trepado al alfa y la espalda pegada a la pared, el agua caliente corriendo en sus espaldas.

Cuando salieron, luego de enjuagarse mutuamente, el alfa pasó a su armario y le dio ropa interior limpia, un pantalón que le quedó bastante grande y una sudadera que hacía lucir completamente adorable al omega. Luego buscó ropa para si mismo, eligiendo un pantalón de chandal, y una camiseta vieja de alguna banda, arreglando su cabello torpemente en un moño antes de salir a la cocina para preparar el desayuno. Demás está decir que se resistió a tomar a Jimin entre sus brazos y llevarlo a la cocina con él.

Llegaron a la cocina, y mientras Jimin se subía a la mesa de la cocina, Jungkook se ocupó de preparar el desayuno para ambos, tarareando canciones en voz baja.

—Tienes una voz muy bonita Jungkook —le dice Jimin, sonrisa timida y ojos brillantes.

—Muchas gracias cariño —le contesta Jungkook, besándolo brevemente.

Cuando se separaron el omega podía sentir el rubor trepar por su cuello, nariz, mejillas y orejas y cielos, ¿qué estaba pasando con él?

Sacudiendo su cabeza levemente, se bajó de la mesada para ayudar a acomodar la mesa para el desayuno, tratando de dejar de parecer un adolescente en frente del alfa.

Tuvieron un desayuno muy tranquilo, en silencio, pero uno cómodo, disfrutando de la compañía del otro.

Terminaron el desayuno, y mientras el pelinegro lavaba los trastes (—es mi casa, me niego a que laves algo aquí— le dijo un muy serio Jungkook) Jimin se dirigió al dormitorio nuevamente para buscar su teléfono que creía haber dejado por alli.

Encontrándolo en el piso (¿se le cayeron de los pantalones?) abre los mensajes para encontrar saludos de su madre, como siempre, y un mensaje de Taehyung invitándolo a desayunar.

Jimin:
Lo siento amigo, acabo de desayunar con Jungkook.

Taehyung:
Te lo follaste?? 😱😱

Jimin:
Oh si, la pasamos muy bien anoche. 😉

Taehyung:
DEBES CONTÁRMELO TODO.

Jimin:
Ni lo pienses, no te voy a decir nada.

Taehyung:
Ven a almorzar conmigooo hace mucho que no hacemos nada juntos.

Jimin:
Está bien, voy a tu casa?

Taehyung:
Nop, no tengo nada en mi refri, vamos a la tuya. Trae a Jungkook.

Jimin:
Por qué debería llevar a Jungkook??

Taehyung:
Porque Hoseok acaba de leer la conversación, quiere venir también. Dice que también extraña a Jungkook y que manda saludos.

Jimin:
Ok, lo llevo entonces. Te veo en un rato.

Levanta la vista del teléfono y Jungkook lo estaba mirando.

—¿Todo bien? —pregunta curioso.

—Sip, vas a tener que vestirte, te vienes conmigo a mi casa —le contesta, dejando el teléfono en la cama.

—¿Ha, si? ¿A qué se debe la ocasión?

—Taehyung se invitó a mi casa para almorzar y Hoseok va a ir con él, quiere que vayas conmigo para poder verte.

—Ok, puedo hacer eso... ¿podemos quedarnos un rato más en la cama hasta que vayamos a tu casa? —le pregunta, haciéndole ojitos de cachorro y si, ya perdió aquí.

—Claro, ven aquí —le dice entre risas.

Jungkook se acerca a la cama, casi acechándolo, y se arrastra tomando a Jimin de la cintura y llevándolo con él.

Con una carcajada, Jimin se da la vuelta en los brazos de Jungkook y se acomoda, con la cabeza en el espacio del cuello y hombros, un brazo atravesando su pecho y sus piernas enredadas en las del alfa. Satisfecho, el pelinegro toma el acolchado y los tapa a los dos, ronroneando feliz por tener a su chico donde lo necesita. Entierra su nariz brevemente en los cabellos del rubio y se duerme.

✧✦✧

Horas después, Jimin despierta de la siesta con un alfa bastante cariñoso que no deja de pasar sus manos por sus costados y rozando su nariz por su barbilla... raro, pero le gusta, sobre todo a su omega interior, que le insta a hundirse más en el amplio pecho del alfa suspirando y dibujar círculos en el brazo del otro con su dedo indice.

—Hey... ¿qué quieres almorzar? —le pregunta casi perezosamente, mirando  desde abajo sus largas pestañas.

—A ti, tal vez... pero no te quiero compartir, ¿así que supongo que unas pizzas esta bien? —le pregunta fingiendo inocencia.

—Mmm, me gusta como piensas. Si te portas bien tal vez puedas tener de los dos, yo voy a ser tu postre, ¿te parece bien?

—Me parece perfecto. ¿Tienes todos los ingredientes o deberíamos comprar algo en el camino?

—Nop, así que levanta de allí así podemos ir a comprar.

Dandole un último beso, se levantó de la cama para buscar su propia ropa y ponersela, mientras que el pelinegro se levantaba pesadamente también para buscar algo más decente que ponerse para salir. Aprovechando que pasaba por la puerta del armario del alfa, vio un buzo verde que le llamó la atención y lo sacó para ponerselo.

Cuando se dio la vuelta para salir, se encontró con la mirada del alfa encima suyo.

—¿Qué? Se veía cómodo y calentito, y tengo frío —se siente como si me abrazaras, agregó mentalmente.

—Nada, se te ve mejor a ti que a mi, ahora que lo pienso —ese era su favorito, lo usa todo el tiempo, está bastante usado y está seguro que tiene su aroma impregnado, razona con una sonrisa asomándose de a poco.

Tomando sus pertencias, salen del departamento para dirigirse a los estacionamientos del edificio tomados de la mano. En el elevador se encuentran con un par de alfas mirando al omega como si no hubieran visto uno en kilómetros, y Jungkook vuelve a tomar a Jimin por la cintura en un gesto un poco posesivo que el rubio agradece internamente, pegando su espalda al pecho del pelinegro. Cuando los desconocidos salieron del ascensor Jimin soltó una respiración que no se dio cuenta estaba conteniendo y tocó la cara de Jungkook a modo de agradecimiento.

Saliendo del elevador volvieron a tomarse de las manos hasta llegar al auto del alfa y subieron en silencio, saliendo de inmediato hacia algún supermercado que quede de camino a lo del omega.

Llegaron al supermercado y se separaron para buscar los ingredientes. Mientras el rubio buscaba la harina y algun paquete de golosinas, el pelinegro salió a buscar el queso, levadura y toppings para la pizza.

Mientras Jimin se decidía si llevar solo papas o algo más, un alfa rubio de aspecto extraño se acercó a preguntarle por su opinión acerca de dos vinos que estaba sosteniendo.

—Lo siento, no me gustan los vinos, tendrás que preguntarle a otra persona —le dijo en lo que esperaba fuera un tono tranquilo pero definitivo.

—Que lástima, pensaba invitarte a tomar un trago. Me gustaría conocerte, ¿sabes?

—Interesante. Por desgracia para ti, no estoy de humor ni con el tiempo para esto, así que gracias, pero no gracias —dijo ya exasperado. Se dio la vuelta para ir a buscar a Jungkook, pero el alfa desconocido lo tomó del brazo y lo obligó a darse la vuelta.

—¿Por lo menos me darías tu teléfono? Me gustaría seguir hablando contigo, por favor, no te hagas de rogar —le dice, tratando de tomar su otro brazo.

Estaba por pisarle el pie para lograr que lo soltara, cuando sintió el aroma a bosque de Jungkook inundando su nariz antes de escucharlo hablar.

—¿Por qué estás tocando a mi omega? ¿Estás bien cariño? —sintió su toque nuevamente en su cintura y se relajó al instante.

El otro alfa, al contrario, soltó su brazo como si le hubieran dado una descarga.

—¿El omega es tuyo? No tenía idea. Como no tiene marca...

—¿Un omega necesita tener marca para que no lo molestes? ¿Qué, no te diste cuenta que tiene olor a alfa encima? ¿O tal vez tu nariz no está funcionando correctamente? —le contesta con un gruñido, molesto.

—Eh, no, lo siento, no me di cuenta... me iré, descuida. Siento haber molestado a tu omega —le dice a Jungkook, más que a Jimin, y se va dejando un olor amargo detrás suyo.

—Pff, ¿se piensa que porque un omega está sin marcar es libre de acosarlo? Ese tipo es increíble, no puedo creerlo —dice Jungkook, sin humor—. Y para colmo, no se disculpó contigo, sino conmigo, maldito infeliz.

—Oye, lo importante es que me ayudaste, gracias —le dice sinceramente, dejándole un tierno beso en la mejilla.

—No hay de que, amor. Lo que sea para ayudarte —le responde, apretándolo un poco más contra su cuerpo.

—Mhm, puedes marcarme con tu aroma, ¿por favor? Debemos terminar las compras y no quiero más incidentes.

—¿Seguro que quieres eso? —le pregunta nervioso.

—Si, tú me haces sentir seguro —le responde quedamente.

Asintiendo, tomó una respiración profunda y bajó su nariz al cuello del omega, aspirando profundamente su olor en su punto más concentrado, y rozando la punta de su nariz allí, mientras que sus manos rodeaban sus muñecas y le dibujaba círculos imaginarios en la piel. Con cada segundo que pasaba, sentía como la esencia del alfa lo envolvía como una manta y se iba relajando, sintiéndose cada vez más seguro.

—Muchas gracias, me siento mejor —le dice, dedicándole una sonrisa tranquila.

—Cuando quieras cariño —contesta dulcemente.

Terminan las compras rápidamente y se dirigen al departamento del rubio, donde el pelinegro se pone a preparar las pizzas que dice él son su especialidad, mientras Jimin aprovechó para ir y cambiarse la ropa del día anterior por una muda limpia, dejándose el buzo de Jungkook porque, según él, estaba limpio y calentito.

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